San Andrés Cholula, Pue.- Han pasado 28 años desde que Adriana Carreón Fuentes fue asesinada en su propio hogar en Cuautlancingo, Puebla, por su esposo Gildardo “N”. En 1997, en medio de una discusión, el hombre sacó un arma calibre 9 mm y le disparó en presencia de su hija de cinco años. Tras cometer el crimen, huyó llevándose las joyas de la víctima y dejando a su hija con la empleada doméstica, quien también presenció los hechos.

Durante casi tres décadas, el presunto homicida evadió la justicia, ocultándose en diversos estados del país hasta que fue localizado en junio pasado en José Azueta, Veracruz, donde trabajaba como jornalero. La Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla ejecutó finalmente la orden de aprehensión pendiente desde 1997, dentro del Proceso Penal 367/1997.

Aunque

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