Nunca como ahora, existieron tantas verdades sobre un mismo hecho. Todo el mundo puede tener “su verdad” y sus datos. Estamos inundados de datos que circulan por las redes digitales. Casi cualquier postura puede encontrar la forma de esgrimir datos y, además, publicar esa “verdad”, logrando que circule por las mismas redes de donde ha nutrido sus datos.
Por ejemplo, hace apenas unos días, el presidente de los Estados Unidos decidió despedir a la directora de la agencia dedicada a generar estadísticas sobre el empleo en aquel país. Lo hizo porque los datos de la mencionada agencia no se correspondían con lo que él creía que era la verdad sobre el mundo laboral. La agencia había venido publicando cifras que confirmaban que el empleo en aquella nación no ha crecido, sino que más bien se está