En los últimos años, el en el hogar ha ganado relevancia como una alternativa que combina cercanía familiar con atención personalizada. Vivir en casa, rodeado de objetos y recuerdos propios, tiene un impacto emocional positivo que difícilmente puede replicarse en otro entorno.
Sin embargo, para que este modelo funcione y realmente brinde calidad de vida, es fundamental contar con cuidadores capacitados, empáticos y comprometidos con la dignidad de la persona mayor.
El concepto de “envejecimiento digno” no solo implica cubrir necesidades físicas, sino también garantizar que la persona conserve su autonomía, sus vínculos sociales y su sentido de propósito.
Un buen cuidador se convierte en un pilar que sostiene todo esto, actuando como un puente entre la familia, los profesionales de la sa