Justo al otro lado de la frontera de Texas, en ciudades como Reynosa y Nuevo Laredo, las redes criminales están fortaleciendo su control sobre las rutas de drogas a pesar de los mayores esfuerzos de aplicación de la ley por parte de Estados Unidos y México.
En lugar de depender de contrabandistas individuales cruzando secciones no vigiladas de la frontera, los cárteles especializados en fentanilo y otras drogas sintéticas usan puertos de entrada legales, vehículos comerciales y sistemas de pago digital para mover drogas y lavar ganancias con menos riesgo, según datos federales de control de drogas y entrevistas del Texas Observer con expertos en operaciones de cárteles.
Las tácticas pueden ser más modernas, pero el resultado es el mismo. Las redes criminales se adaptan más rápido que las