Si los diagnósticos abundan, lo que se requiere y con urgencia, es comenzar a proponer acciones concretas y realizables para salir de la mediocridad, de la trampa de la burocracia y pasar rápidamente a un modelo de desarrollo más empático con las personas.
Los procesos de participación ciudadana ya están hechos y también abundan, porque todos los últimos gobiernos apelan a este mecanismo para conocer el sentir de la gente. En rigor, está todo claro, las necesidades también, las exigencias ciudadanas lo mismo, por lo que el paso que hay que dar es absolutamente lógico y fundamental.
La democracia es dinámica, y los ciudadanos demandan a los gobiernos de turno, que su proyección y gestión tenga como epicentro a las personas y su desarrollo. Porque ya no basta solo con escuchar a la comunid