El problema de la mentira en la política no es sólo tik tok, las redes sociales o la tecnología. Tampoco sólo las personas: quienes creen que todo es cancha y quienes no tienen interés en la evidencia. Siempre y cuando concordemos en el embuste como problema, como medio ilegítimo (y en algunos casos ilegal) de acción política. Porque si no estamos de acuerdo en aquello, leer esta columna no tiene sentido.
Ya lo dijeron Steven Levitsky y Daniel Ziblatt, en " Cómo mueren las democracias ", la tensión entre libertad de expresión y la responsabilidad al participar en el debate público no emergió esta mañana. Extremar el control a lo que expresan los ciudadanos puede llevar a totalitarismos y estados policiales, mientras que lo contrario a un sistema social que pierde la búsqueda del in