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En cuestión de segundos, al darse cuenta de que su casa en Texas se estaba llenando de agua en la madrugada del 4 de julio, Rosalinda comenzó a despertar a sus hijos, nietos y a su madre, gritándoles: “¡Vámonos!”.
Pero en medio del caos —y tras semanas de escuchar rumores sobre redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas en todo Texas— su familia no se dio cuenta de inmediato de que estaban escapando de inundaciones que ponían en peligro sus vidas.
Un hombre observa una carretera dañada el 6 de julio, tras las graves inundaciones repentinas ocurridas durante el fin de semana del 4 de julio, en Hunt, Texas. Ronaldo Schemidt/AFP/Getty Images
“Al principio, los niños pensaron que estábamos huyendo de inmigración”, contó a CNN la madre indocumentada, quien ha vivid