El Congreso de Estados Unidos mantiene bajo revisión el uso de los recursos otorgados al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas ( , por sus siglas en inglés), luego de la aprobación de un incremento presupuestal considerado como uno de los más altos en la historia del .

Pocas semanas después de la toma de posesión presidencial, el asesor fronterizo de , Tom Homan, acudió al Capitolio junto con otros funcionarios para solicitar más recursos destinados a la agenda de seguridad fronteriza y deportaciones. En julio, el presidente promulgó un paquete legislativo que contempla exenciones fiscales y recortes de gasto, e incluye un aumento cercano a los 170 mil millones de dólares para el DHS, casi el doble de su presupuesto anual, de acuerdo con información del diario Los Angeles Times.

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