Gobernar desde las primeras formas de organización humana, ha sido una tarea compleja y complicada.
Inicialmente entendida como el mero ejercicio de la fuerza y el poder, se fraguó como eso, la fuerza y el poder.
De esta forma, mantener las condiciones necesarias para la subsistencia de la organización social, era producto del ejercicio del mero poder, esto a través de decisiones sustentadas en el mandato de la autoridad.
Por esta razón, la idea que tradicionalmente permeó en torno a la idea de gobernar hasta finales del siglo XX, es la de ser simple y sencillamente el acto de ejercer el poder como garante de la estabilidad social.
Poco a poco, la influencia de otros factores del “poder” como la economía y la propia sociedad, comenzaron a cuestionar el esquema vertical de esta concepci