En la edición de este día, el diario porteño ‘El País’ informa que en Puerto Cook, después de los corrales y las perreras, “a una distancia del presidio” existen “cuatro modestas casillas donde se albergan otras tantas familias de penados” (Citado por Carlos P. Vairo en El Presidio. Ushuaia); dan cuenta de la existencia de un embrión de colonia penal, que fue una de las posturas que sustentaron la instalación de establecimientos penitenciarios en la zona austral.
El presidio militar fue trasladado, un año y medio después, a bahía Golondrina, a cinco kilómetros al oeste de Ushuaia.
Aunque nunca terminó de prosperar una verdadera colonia penal, cada tanto se presentaban iniciativas parciales que procuraban retomar ese hilo conductor.
En 1890, el gobernador Mario Cornero “insistió una vez