Jumilla, un pequeño ayuntamiento murciano de unos 27.000 habitantes, se ha convertido en el epicentro de la batalla política en pleno periodo estival. La polémica comenzó a raíz de una moción de Vox para prohibir celebraciones islámicas en el municipio, que el PP modificó de forma que la restricción afectase a todas las celebraciones culturales, sociales y religiosas en los centros deportivos de Jumilla. Su aprobación y debate en el pleno municipal ha hecho visible la estrategia migratoria de cada uno de los partidos antes del comienzo del curso político: Vox se ha enfrentado con la Conferencia Episcopal, el PSOE ha aprovechado para intentar vincular al PP con la ultraderecha, mientras que los de Alberto Núñez Feijóo tildan la polémica de exageración, se desligan de Vox, pero mantienen su
La moción de Jumilla expone la estrategia migratoria de los partidos antes de que comience el curso político

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