La realidad de la inmigración musulmana está aquí, en nuestra propia casa, delante de nuestros propios ojos, aunque no queramos verlo. Vox y Santiago Abascal lo que han hecho estos días es recalentar la situación y convertirla en conflicto político para rentabilizar algunos votos, y de paso menospreciar a los representantes de la Iglesia católica por defender una postura contraria. Es cierto que a muchos españoles les gustaría que hubiera menos extranjeros y que estuvieran mejor integrados, pero el problema de la escasa natalidad ha convertido a los migrantes de todas las nacionalidades en seres imprescindibles para el funcionamiento de la sociedad y la economía española.

La principal contrariedad radica en el miedo de una gran parte de los europeos al islam. Sin embargo, con la erradicac

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