El dinero alcanza, pero no sobra, y lo que falta debe buscarse en la chequera más grande del país: la del Gobierno federal.

Ahí está el punto medular. La Federación reparte el presupuesto entre las 32 entidades con base en fórmulas que combinan criterios técnicos y decisiones políticas. En el discurso oficial, se trata de equilibrar desarrollo, pero en la práctica es un tablero de ajedrez: el sur, históricamente rezagado, recibe más atención e inversión, mientras estados como Chihuahua deben redoblar gestiones para que no se les vea como “ricos” que pueden resolverlo todo con sus propios medios.

En ese contexto, no se trata de simpatías ni de afinidades partidistas: es una necesidad política y económica que la gobernadora María Eugenia Campos Galván mantenga, y sobre todo cultive, una re

See Full Page