La Revolución de los vicios
En el Estado de México, el mayor desgaste de Morena no proviene de la oposición, sino de su propio desempeño en varios de los 60 municipios que administra. El relevo de partido apenas significó un cambio de logotipo: persisten el amiguismo en la asignación de puestos, la opacidad en los contratos, las obras públicas inconclusas y los presupuestos inflados. Lo que se vendió como “transformación” quedó en una repintada guinda sobre estructuras corroídas. La expectativa de cambio se evapora cuando la experiencia ciudadana contradice los discursos de campaña. Los números confirman la tendencia: en encuestas locales, alcaldías clave reportan caídas de hasta diez puntos en aprobación y confianza. El riesgo no es abstracto: la erosión es interna y, de seguir así, la g