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La entrega exprés de 26 criminales de alto perfil a Estados Unidos no solo es una operación quirúrgica contra el narco, sino una confesión tácita: en México no podemos con ellos.

Abigael González Valencia, cuñado de El Mencho, La Tuta, El Flaquito y compañía ya viajan rumbo al imperio del norte. No es turismo ni intercambio cultural: es un acto de rendición penitenciaria. Washington no confía en nuestras cárceles, ni en nuestras llaves, ni en nuestros custodios. Y no los culpo. Aquí un narco entra a prisión con uniforme, pero sigue operando con celular, secretaria y pasaporte diplomático.

La estrategia bilateral parece avanzar: ustedes nos mandan armas, nosotros les mandamos capos. Un trade funcional, mientras no se desate el infierno en represalia. Porque eso también está sobr

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