Un paciente oncológico que llevaba más de treinta días internado, preparándose para una cirugía de importancia vital para su horizonte de vida, pudo reencontrarse con su familia y su mascota en los jardines del Hospital Central de Mendoza.
Momentos de mucha emotividad se vivieron en los jardines del hospital más grande de Mendoza. Bajo la mirada atenta y acompañamiento del equipo de cuidados paliativos , un paciente oncológico tuvo su esperado reencuentro con sus seres queridos y su pequeño perro días antes de someterse a una cirugía clave.
El caso es un ejemplo de humanidad ya que las intervenciones del equipo de cuidados paliativos no se limitaron a optimizar parámetros clínicos sino a escuchar, conversar y conectar con aquello que realmente sostendría al paciente en este tramo