




LA PAZ, Bolivia (AP) — El candidato derechista Jorge “Tuto” Quiroga vuelve a acariciar el poder luego de haber logrado ingresar al balotaje presidencial en Bolivia, en el cual se medirá con candidato de centro Rodrigo Paz.
Un mensaje en su cuenta de X durante la campaña electoral resumía por qué el expresidente (2001-2002) cree que ha llegado el momento de poner fin a dos décadas de gobiernos izquierdistas.
“Después de 20 años de Evismo/Arcismo, la disyuntiva es clara y nítida: Crisis, inflación, colas por combustible, carencia de dólares, estancamiento y desempleo...o estabilidad, diésel/gasolina, dólares, crecimiento y trabajo”, decía el tuit de Quiroga, un neoliberal y derechista que compitió en los comicios del domingo con Libre, una coalición electoral de partidos y agrupaciones ciudadanas.
Quiroga ha sido el más duro crítico de Evo Morales cuando este líder indígena ejercía la presidencia (2006-2019), y del actual mandatario Luis Arce. A los dos los culpa de haber llevado el país a la “ruina”, en buena parte por la lucha interna que ambos han librado dentro del izquierdista Movimiento al Socialismo (MAS). Ninguno de ellos compitió en las elecciones.
Quiroga es comúnmente conocido como “Tuto”, un apodo que él ha contado le puso su papá de cariño. Y se hizo tan popular que hoy es denominado así por sus amigos y detractores.
Con 41 años y siendo una figura ajena a la política tradicional, Quiroga se convirtió en 2001 en uno de los presidentes más jóvenes de Bolivia, al ser nombrado mandatario interino en reemplazo del entonces gobernante Hugo Bánzer, quien dejó del cargo después de ser diagnosticado con cáncer. En 2005, 2014 y 2020, se postuló de nuevo —sin éxito— al Ejecutivo.
Ahora, con 65 años y un perfil neoliberal y de gestor público, cree que, de triunfar, puede sacar al país de la peor crisis económica en las últimas cuatro décadas.
“Yo creo firmemente que él puede sacarnos adelante”, dijo Franz Choque, chofer del transporte público, mientras antes de las elecciones hacía una kilométrica fila en una estación de servicio en La Paz para abastecerse de la escasa gasolina disponible en medio de la crisis de combustible que sufre el país sudamericano.
Las encuestas preelectorales lo habían puesto prácticamente en empate técnico con el empresario derechista Samuel Doria Medina, quien quedó tercero.
Formado como ingeniero y administrador de empresas en universidades de Estados Unidos, tras su paso por la multinacional IBM comenzó una carrera pública bajo la tutela del Hugo Bánzer, dictador boliviano entre 1971 y 1978 y quien años después dio un giro y abrazó la democracia al punto de postularse a la Presidencia, la cual asumió en 1997 con Quiroga como vicepresidente.
Bánzer dejó el cargo un año antes de concluir su mandato tras ser diagnosticado con cáncer y “Tuto” le sucedió de forma interina (2001-2002). Bánzer falleció en 2002.
Durante su carrera, Quiroga ha tenido que defenderse de los cuestionamientos de Morales y otros políticos por haber sido cercano a Bánzer destacando el giro político del exdictador y el hecho de que “pasó a construir la democracia”.
En 2010 fue enjuiciado y condenado a más de dos años de prisión por difamar a un banco estatal gestionado por el gobierno de Morales, pero no fue a la cárcel por tratarse de una pena menor. Había dicho que ese banco “se convirtió en la lavandería de recursos chavistas, de corrupción y de dinero mal habido”.
Seis años después fue procesado por presuntas irregularidades en la firma de contratos petroleros como mandatario, pero fue amnistiado. Él afirma que gestionó inversiones extranjeras que permitieron el hallazgo de un exitoso pozo gasífero.
“Tuto” alentó el ascenso a la presidencia de la senadora Jeanine Añez tras la crisis política de 2019 que llevó a Morales a dimitir en medio de un estallido social luego de las elecciones presidenciales que alegó haber ganado y que fueron consideradas fraudulentas. Quiroga, sin embargo, se mantuvo alejado del gobierno de Áñez, quien estuvo menos de un año en el poder y desde 2022 cumple condena de 10 años por “incumplimiento de deberes”.
Lo que un día lo alejó de los votantes por su fuerte discurso anti-Morales y su mirada conservadora de la economía, hoy le ha dado oxígeno político.
El candidato propone un “cambio radical” que permita sellar acuerdos de libre comercio, alentar la inversión extranjera y "dejar de estar sumisamente alineados a las tres tiranías trogloditas totalitarias regionales: Venezuela, Cuba y Nicaragua”.
En línea con su crítica postura hacia el izquierdismo en la región, Quiroga ha hecho duros cuestionamientos contra el presidente de Venezuela Hugo Chávez (1999-2013) y su sucesor, Nicolás Maduro.
La receta neoliberal que “Tuto” pregona conllevaría eliminar el costoso subsidio a los carburantes, terminar con el déficit fiscal acudiendo al Fondo Monetario Internacional para obtener un fondo de estabilización, recortar gastos y cerrar empresas públicas deficitarias.
“Nunca hemos tenido una crisis tan dura en 40 años”, sostiene Quiroga.
El alza de los precios es una de las mayores preocupaciones de los bolivianos. La inflación acumulada durante el primer semestre fue de 15,53% respecto al mismo periodo del pasado año, la más alta en casi dos décadas.
La analista política Jimena Costa acotó que aunque “Tuto” "ha sido un buen gestor público y ha cultivado relaciones en el plano internacional, carece de un partido político fuerte detrás”.