De política y cosas peores
Qué vergüenza. La lucha contra la criminalidad, la corrupción y la impunidad en México no la está encabezando la Presidenta de México, sino el Presidente de los Estados Unidos. Sucede que los ciudadanos que disentimos de la 4T hemos de estar agradecidos con el nefasto Trump, quien aparece ahora como el único valladar capaz de contener las torpes acciones y las sospechosas omisiones de la camarilla que en hora mala se apoderó de nuestro País. Muy bien usó el periódico Reforma la palabra “ofrenda” para calificar la entrega que Sheinbaum hizo a la justicia americana de 26 narcotraficantes mexicanos. En efecto, tal acto tuvo toda la apariencia de un sacrificio hecho por un feligrés a su deidad, o por un vasallo a su señor. La Presidenta, víctima de su propio régimen