En el dinámico tejido comercial de Pasto, la voz de Ariadna Cabrera, reconocida comerciante de la región, resuena como un recordatorio y una invitación a mirar hacia nuestras propias raíces. Cabrera asegura que la economía local tiene un potencial inmenso si se fundamenta en el comercio de productos agrícolas y en las tradiciones que forman parte de la identidad nariñense.
“Podemos utilizar lo que nos da la tierra para hacer empresa”, afirma con convicción, mientras enumera ejemplos concretos que podrían transformar la economía regional. Uno de ellos es el transporte y comercialización de los lomines, un producto tradicional de Nariño que, según Cabrera, podría tener un mercado atractivo en otras regiones del país e incluso fuera de Colombia.
Para la comerciante, el desafío está en rompe