Para Ricardo, un joven universitario y voluntario de la asociación Amar y Servir, donar sangre dejó de ser solo un acto altruista para convertirse en una forma de vida.
Tras conocer de cerca las historias de niñas y niños con cáncer atendidos en el área de oncología pediátrica del IMSS, decidió convertirse en donador voluntario, consciente de la enorme necesidad de unidades de sangre y plaquetas para pacientes en tratamiento.
Su compromiso nació desde la experiencia personal, luego de que un familiar muy cercano enfrentara la leucemia y fuera apoyado por donadores anónimos.
“Fue en agradecimiento a quienes ayudaron a mi familiar que decidí donar. Es un sentimiento que comenzó desde el entendimiento consciente, al saber que no solamente es sangre sino que es vida, es energía y, sobre tod