“Siento que estoy entrando en un terreno conocido, pero desacostumbrado” . Con esa frase, Gerardo Romano define su presente profesional. Tras diez años haciendo Un judío común y corriente, ahora emprende un nuevo proyecto arriba de las tablas con El secreto. Todo un desafio al tener que compartir escenario con otros colegas luego del “acostumbramiento” al unipersonal.

“Ahora tengo que consensuar”, dice entre risas a Revista GENTE sobre el contacto diario con Ana María Picchio, Rodrigo Noya y Gabriela Sari, sus otros compañeros de cartel. “ Sé que es una buena gimnasia, pero si uno aspira a tener una relación empática, confortable y armoniosa tenés que hacerlo . Si uno no le preocupa eso o no aspira a eso, te quedas más en modo unipersonal, porque te preguntás vos, co

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