La muerte súbita genera consecuencias profundas en la salud pública de Argentina y el mundo. Cada año, se registran alrededor de 40 mil casos en territorio argentino, una cifra que las autoridades sanitarias consideran de alto impacto.

Esta alteración, definida por el doctor Alan Sigal , coordinador de guardia del ICBA Instituto Cardiovascular , consiste en un “fallecimiento abrupto e inesperado que ocurre en una persona aparentemente sana, y casi siempre relacionado con una arritmia grave del corazón (como fibrilación ventricular), en general en el contexto de una enfermedad de las arterias coronarias”. La incidencia muestra crecimiento sostenido a partir de los 45 años y suele asociarse a eventos de arritmias graves y cuadros ligados a enfermedades coronarias.

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