
El ex presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán , ha fallecido a los 67 años este viernes, fruto de una larga enfermedad que combatió con una férrea voluntad de hierro, pero que lo dejó en los huesos en el último año. Cáncer de colón, diabetes, esclerosis múltiple. Su esposa, Marisa Lázaro, con quien tuvo una hija, Teresa, siempre le acompañó y estuvo junto a él.
El heterodoxo político aragonés habría celebrado su cumpleaños el próximo 19 de agosto. Hasta para morir la muerte ha sabido escogerle la hora, coincidiendo con el día de la Ascensión de la Virgen. Lambán nunca ocultó su devoción católica ni su fe por la Virgen del Pilar ni su predilección por la Navidad.
Escogió a la artista Isabel Guerra, monja cirstenciense, para retratarlo como ex presidente de Aragón. El descubrimiento de la obra en el Palacio Pignatelli –la casa de gobierno autonómico- fue su último acto público este julio, donde demostró su defensa a la Constitución en el discurso pronunciado, que concluyó con una sentencia firme: «Si defender el sistema es ser conservador, lo soy profundamente. Ahí me van a tener siempre».
Javier Lambán, un heterodoxo
¿Quién ha sido Javier Lambán y qué ha significado para la política española? Es difícil definirle, pero en las circunstancias excepcionales en la que España se encuentra todavía más. Javier Lambán era un socialdemócrata convencido, afiliado al PSOE desde 1983 pero, sobre todo, un hombre sin pelos en la lengua.
Consciente de los horrores del socialismo y del terror que provocaría si esta ideología volviese tal y como fue engendrada, así lo advirtió en el artículo más reciente que publicó en El País este pasado 23 de junio, donde expresó que «o volvemos a la socialdemocracia de 1979, con la democracia y la Constitución como banderas, o nos dirigimos a otro ‘socialismo’ de los que a lo largo de la historia han acabado en prácticas opuestas a las que prometían, en detrimento siempre de la democracia y, en última instancia, del bienestar de los ciudadanos».
Su pueblo, su formación, el salto a política
Javier Lambán perteneció a una generación de políticos ya casi extinta. El aragonés nació en Ejea de los Caballeros (Zaragoza), de donde no se desligó manteniendo su domicilio habitual hasta el último día. Ahí estudió sus primeras letras hasta el bachiller Superior. Partió para seguir sus estudios en la Universidad de Zaragoza y rematarlos en la Universidad Central de Barcelona, donde se licenció en Historia Contemporánea.
Doctor en Historia con su tesis La reforma agraria en Aragón en la II República , recibiendo la calificación cum laude por la Universidad de Zaragoza. Concejal de su pueblo desde 1983 y alcalde desde 2007 hasta 2012. Durante seis años (entre 1981 y 1987), trabajó como profesor de lengua, latín y griego en Ejea de los Caballeros. Después dirigió el Área de Difusión Cultural de la Institución Fernando el Católico, a las órdenes de D. Idelfonso Manuel Gil.
En 1991, el momento en que da el salto en exclusividad a la política, Javier Lambán era un hombre culto, que había leído, reflexionado y escrito sobre España con rigor científico. Se confesó «decididamente republicano», pero siempre respetó la institución monárquica, como defensor a ultranza del régimen constitucional de 1978.
Poseía una virtud olvidada y decrépita en política, la elocuencia. Sus propios jefes de prensa reconocían desconocer qué iba a pronunciar en el momento en que se ponía ante un atril. Él y no otro, escribía sus discursos, discursos que expresaba sin leer, sin tener papeles en la mano. Era lo que se conoce como «un animal político», y hacía gala de la sorna aragonesa.
El PSOE y las izquierdas
Fue secretario general del PSOE en Zaragoza durante 11 años (desde 2001 hasta 2012). En el 15.º Congreso Regional del PSOE en Aragón fue elegido secretario general. Cargo que rivalizó hasta 2023, cuando anunció que no se presentaría en las siguientes primarias como candidato.
Javier Lambán representó en activo una de las voces más críticas contra la deriva sanchista del PSOE. Con Pedro Sánchez protagonizó fuertes enconos, tanto dentro como fuera de los despachos. Criticó con vehemencia el tripartito de Podemos, Sumar y las alianzas de los socios independentistas y filoetarras de la legislatura.
Al fin y al cabo, conocía desde dentro el modus operandi de este tipo de coaliciones dado que decidió gobernar con el PAR, Podemos y Chunta Aragonesista -partido que está integrado actualmente en Sumar– en su segunda y última legislatura como presidente de Aragón (2019-2023).
La enfermedad de Javier Lambán
Durante la pandemia, fue uno de los presidentes autonómicos que impuso más restricciones. El Tribunal Superior de Justicia de Aragón declaró nulo el pasaporte Covid, dado que pese a que éste no imponía obligatoria de manera directa la vacunación o la prueba de no hallarse infectado, se inducía a la adopción voluntaria, suponiendo injerencia en varios derechos fundamentales.
En 2021 se le diagnosticó cáncer de colón. Convocó a los medios de comunicación en aquel entonces, dio una rueda de prensa en la que compartió su enfermedad con la ciudadanía, anunciando que seguiría dirigiendo el Gobierno mientras recibía tratamiento oncológico.
En 2023 no consiguió gobernar por tan sólo un escaño, culpando al gobierno de Pedro Sánchez del «tsunami» que había padecido el PSOE en los comicios de este año a nivel regional y municipal.
De presidente a senador
Lambán tenía tejido otra estrategia para intentar reconducir la deriva del PSOE. ¿Cuál fue su apuesta? Prepararse el terreno para senador, ya no yendo en las listas del 23 de junio, sino nombrado senador por designación autonómica tras los resultados electorales.
Desde entonces, su crítica hacia Ferraz fue constante. Tomó asiento como senador por designación autonómica. Se le abrieron desde el PSOE varios expedientes sancionadores por romper varias veces la disciplina de voto, al no votar a favor de la Ley de Amnistía y la financiación autonómica. La explicación que dio fue que «antes había que ser fiel a España que al PSOE».
Si Sánchez no hubiera logrado conformar el gobierno Frankenstein, Lambán habría podido alcanzar un peso relevante en el Senado y reconstruir el partido en Aragón en el intervalo de este principio de 2025, cuando expiraba su mandato como secretario general.
Cuando Pilar Alegría le releva –con ello, según su propio juicio, la cúpula del partido desde Madrid, con Santos Cerdán y Pedro Sánchez a la cabeza –Lambán decide abandonar definitivamente la política.
Ahora bien en estos meses se puede afirmar que ni un sólo día dejó de lado su activismo político, protagonizando sonados titulares de prensa, donde pedía a la militancia socialista revelarse y actuar con libertad para «salvar al partido y al país».