Hace 89 años, los días 14 y 15 de agosto de 1936, Badajoz sufrió una de las páginas más duras de su historia. La entrada de las tropas franquistas dejó cientos de muertos y abrió una etapa de represión que marcó a generaciones enteras. Este viernes, a media mañana y bajo el sol de agosto, el Cementerio Viejo ha vuelto a reunir a familiares, militantes y vecinos para rendir homenaje a las víctimas de la dictadura.

Francisco Cerrato es nieto de un republicano socialista que fue fusilado en Torremejía. Actualmente, es secretario de Memoria Histórica y Democrática de la Agrupación Socialista de Almendralejo. Con voz serena pero firme, ha sido el primero en tomar la palabra en el acto, donde ha recordado la historia de su abuelo y los años de silencio que siguieron al golpe de Estado.

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