La planta láctea La Suipachense, una de las más tradicionales de la provincia de Buenos Aires, atraviesa una de las peores crisis desde su fundación hace más de 75 años. Desde mediados de la semana pasada, la empresa quedó bajo control de sus 140 empleados, en medio de atrasos salariales, deudas millonarias y una brusca caída en la producción, según informaron fuentes gremiales.

En contraste, el grupo empresario de origen venezolano que la administra sostiene que se trata de “una toma forzada”, lo que deja entrever un fuerte conflicto de conducción y un futuro incierto. La situación generó un fuerte clima de tensión en Suipacha, una localidad con 12.000 habitantes, cuya economía depende en gran medida de esta usina láctea.

“Una bomba de tiempo, el cierre es inminente si no aparece un inv

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