No ha habido acuerdo. Tras dos horas y media de reunión en la base militar de Elmendorf-Richardson, en Anchorage, Alaska, Donald Trump y Vladímir Putin han comparecido juntos ante la prensa para anunciar… que no había nada que anunciar. Se han elogiado -el ruso más que el americano-, han hablado de “progreso” y de futuras llamadas, pero sin concretar un solo paso que acerque un alto el fuego en Ucrania.
Trump, que suele responder preguntas, ha evitado esta vez hacerlo, algo inusual en él y que ha dejado un silencio incómodo en la sala, mientras los periodistas intentaban arrancarle alguna aclaración sin éxito.
El recibimiento, sobre las 11 de la mañana, había sido digno de una superproducción de Hollywood. Alfombra roja impecable, cazas F-22 y un bombardero B-2 surcando el cielo, y u