El festival electoral que se avecina está mostrando lo peor de la política nacional, o acaso lo peor de la Argentina. Una desesperada lucha dialéctica entre todos los partidos y aún dentro de cada uno de ellos, para imponer sus candidatos, con cualquier recurso: el insulto, el fanatismo, la traición, la calumnia, el ocultamiento, la complicidad, el olvido de los currículos, las conductas y hasta de los prontuarios.

En esa carrera sin reglas que recurre a los peores instintos de la sociedad , desde el fanatismo al resentimiento, desde el desprecio por el conocimiento y la formación hasta la confrontación barata y conventillera, en esa carnestolenda de olvidos, ocultamientos, cajoneadas, resurrecciones, compra de voluntades, incapacidad disfrazada de logros y conveniencias disfrazadas d

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