La prepotencia del título puede estimular la saliva de quien se prepara para un banquete de sociología burlona aplicada a una de las más nocivas entelequias de cualquier retórica reaccionaria: el ser nacional.
Basta recordar El ciudadano ilustre o 4X4, para citar dos ejemplos precedentes de los directores, para conocer el método: elegir un estereotipo, despacharse en denuestos revestidos de comicidad, estrujarlo todo lo que se pueda hasta que escupa (la propia) miseria y vulgaridad. Por la naturaleza de la propuesta, Homo Argentum prometía una sobredosis de misantropía. ¿16 historias en menos de dos horas de burla y vilipendio para todos?
Como embajador de todos los argentinos, un solo hombre, Guillermo Francella. Puede ser un relator de fútbol, un cambista, un cuidador, un presidente, u