Durante casi cuatro décadas, Urano ha sido considerado el gigante helado por excelencia, un planeta térmicamente muerto que no irradiaba calor propio. Esa imagen, basada en las mediciones tomadas por la sonda Voyager 2 en 1986 , acaba de cambiar de forma significativa.
Dos investigaciones recientes -publicadas en las revistas Monthly Notices of the Royal Astronomical Society y Geophysical Research Letters - demuestran que el séptimo planeta del Sistema Solar emite entre un 12,5% y un 15% más energía de la que recibe del Sol.
Este hallazgo modifica por completo la percepción científica de Urano y añade urgencia a los planes de exploración que la NASA y la comunidad internacional ya venían impulsando.
No se trata solo de un ajuste en la temperatura del planeta: implica rees