El último jueves 14 de agosto un estruendo quebró la calma de la noche trujillana. Eran las 10:10 p.m. cuando una violenta explosión sacudió la cuadra 8 de la avenida Perú , en el barrio El Molino. Vidrios rotos, paredes desplomadas, gritos de vecinos aterrados y una ciudad entera paralizada por el terror. Las cámaras de seguridad y un operativo relámpago permitieron a la Policía seguir el rastro de los responsables: tres personas, entre ellas dos adolescentes, fueron capturadas con explosivos y manuscritos amenazantes que los vincularían al brutal atentado.
El ataque dejó diez heridos, más de 35 viviendas afectadas y reavivó el temor en la ciudad golpeada por el crimen organizado.
El ministro del Interior, Carlos Malaver, confirmó que los capturados estarían vinculados directament