Este domingo 17 de agosto, Bolivia vivirá una elección que promete ser histórica. Por primera vez en casi dos décadas, el Movimiento al Socialismo (MAS) –que, bajo el liderazgo carismático de Evo Morales y luego de Luis Arce , moldeó la política nacional desde 2006 hasta hoy– llega debilitado, fracturado, con el riesgo no solo de perder en primera vuelta, sino incluso de quedar fuera del balotaje.

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La inhabilitación de Morales, dictada por el Tribunal Constitucional bajo el argumento de que la reelección indefinida es inconstitucional, ha impactado en el proceso electoral, aumentando la tensión política y social, y abriendo la posibilidad de que el país haga un giro a la derecha.

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