Regalar un perfume de mujer puede parecer sencillo: elegir una marca reconocida, seguir algunas recomendaciones y pagar. Pero en realidad no lo es. Es una decisión personal y muy delicada.
El perfume refleja la esencia de cada persona; y en el caso de las mujeres, suele tener un valor aún más especial. No alcanza con elegir el más vendido o dejarse llevar por un consejo al azar: hay que pensar en quién lo usará y en qué momentos lo hará.
No es lo mismo una fragancia fresca y liviana para acompañar la rutina laboral y las actividades diarias que un perfume intenso pensado para una salida nocturna o una cita especial. Por eso, muchas mujeres suelen tener un aroma para el día a día y otros —uno o varios— reservados para ocasiones distintas.
También influye la temporada: hay perfumes qu