
Cantabria es una comunidad que no se mide por kilómetros, sino por emociones. En cada curva de sus caminos, en cada playa, en cada cumbre o desfiladero, la naturaleza se presenta con una fuerza serena pero desbordante . Esta región del norte de España es un lienzo pintado con tonos de verde intenso , azules profundos y grises calizos , donde el mar se abraza con la roca y el tiempo parece detenerse .
A continuación, te presentamos siete paisajes naturales únicos , siete escenarios donde la tierra, el agua y el aire se dan la mano para crear un espectáculo que no se olvida. Son las siete maravillas naturales de Cantabria , un recorrido por lo más impresionante de su geografía.
1. Costa Quebrada: el litoral donde la geología es arte
A lo largo de más de 20 kilómetros entre Santander y Cuchía , se extiende uno de los paisajes costeros más impactantes del país: la Costa Quebrada . Aquí, el Cantábrico ruge contra acantilados afilados , arcos de roca , islotes solitarios y formaciones kársticas que parecen esculturas esculpidas por el mar.
La playa de La Arnía es uno de sus enclaves más fotogénicos, con estratos verticales que cortan el horizonte . Hay más de diez itinerarios señalizados , perfectos para senderistas y ciclistas, además de visitas guiadas en verano que revelan los secretos de este futuro parque geológico.
2. Parque Natural de Oyambre: dunas, marismas y horizonte abierto
En la costa occidental, entre Comillas y San Vicente de la Barquera , se encuentra el Parque Natural de Oyambre , uno de los ecosistemas mejor conservados de la región. La Ría de la Rabia , también llamada río Oyambre , serpentea entre marismas, juncales, arenales y bosques de ribera , hasta fundirse con el mar en una de las playas más bellas del norte: la playa de Oyambre .
Este entorno protegido, con carriles bici, miradores y senderos suaves , es un santuario para las aves migratorias y para quienes buscan calma y belleza auténtica .
3. Bosque de secuoyas del Monte Cabezón: gigantes del silencio
A las afueras de Cabezón de la Sal , 850 secuoyas sempervirens crecen en vertical, como columnas de un templo natural. Plantadas en los años 40 como parte de un proyecto forestal experimental , estas secuoyas alcanzan ya más de 40 metros de altura y troncos de hasta 2 metros de diámetro .
Pese a su tamaño, son aún jóvenes : su especie puede vivir más de mil años. El bosque, declarado Monumento Natural en 2003 , cuenta con senderos accesibles, miradores y zonas de descanso , ideales para una experiencia inmersiva entre árboles milenarios.
4. Desfiladero de La Hermida: la garganta que atraviesa la roca
Con sus 21 kilómetros de longitud , es el desfiladero más largo de España y uno de los más espectaculares. El río Deva ha excavado un pasillo angosto entre paredes de caliza de hasta 600 metros , creando un corredor natural entre montañas, pueblos y valles.
Es un paraíso para amantes de la vía ferrata, la escalada y el senderismo . Las rutas de Urdón a Tresviso o la subida al mirador de Santa Catalina ofrecen vistas inigualables. Además, este paraje legendario esconde aguas termales y pinturas rupestres , envolviendo al viajero en un entorno salvaje y mágico .
5. Parque Natural Saja-Besaya: el corazón verde de Cantabria
Declarado en 1988, este parque natural se extiende por más de 24.000 hectáreas , abarcando bosques, valles fluviales y zonas de pasto de alta montaña . Los ríos Saja y Besaya modelan su paisaje, y la Reserva Nacional de Caza del Saja garantiza la conservación de su riqueza natural.
Entre sus múltiples rutas, destacan la senda de los Puentes y el ascenso a la Fuente Clara , además de su núcleo rural más destacado: Bárcena Mayor , considerado uno de los pueblos más bonitos de España. Un lugar donde la tradición, la flora y la fauna conviven en equilibrio .
6. Fuente Dé y Horcados Rojos: cumbres que tocan el cielo
En el valle de Liébana , Fuente Dé es la puerta de entrada a los Picos de Europa . Su teleférico , que salva más de 750 metros de desnivel , ofrece una experiencia vertiginosa y panorámica. Desde la estación superior parte la ruta hacia el Collado de Horcados Rojos , con lagunas glaciares , roquedos espectaculares y vistas que cortan la respiración.
Para senderistas experimentados, la subida a la Torre de Horcados Rojos permite alcanzar uno de los puntos más altos accesibles de la zona, con vistas sobre el Naranjo de Bulnes y los Jous glaciares .
7. Collados del Asón: el secreto mejor guardado de la montaña oriental
Ubicado en el municipio de Soba , el Parque Natural de los Collados del Asón guarda uno de los paisajes más desconocidos y sorprendentes de Cantabria. Karst en superficie e interior , con cuevas, dolinas, torcas, simas y lapiaces , conviven con el verdor de hayedos y robledales .
Aquí nace el río Asón , en una cascada de más de 50 metros de altura , que da inicio a un recorrido lleno de puentes, molinos y rincones escondidos. Es también un destino de referencia para la espeleología europea , gracias a su compleja red subterránea.
Un viaje natural que nunca termina
Cantabria no necesita filtros ni escaparates. Lo que ofrece es auténtico, salvaje, sereno y profundo . Estas siete maravillas no son solo lugares que visitar , sino experiencias que vivir . Lugares donde la naturaleza habla en voz baja , donde el tiempo es relativo y donde cada paso puede convertirse en un recuerdo imborrable.
Desde la costa a los picos, desde el susurro de las secuoyas hasta el estruendo del mar , Cantabria te espera con los brazos abiertos y el corazón verde. ¿Preparado para perderte en sus paisajes?