La Fiscalía General de la Nación investiga el asesinato del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, centrándose en la posible implicación de las disidencias lideradas por Néstor Gregorio Vera Fernández, alias Iván Mordisco. Aunque se han propuesto otras hipótesis que involucran al ELN, la Segunda Marquetalia y redes de narcotráfico, hasta ahora no se han encontrado pruebas que respalden estas versiones, según información del diario El Tiempo.
Uribe Turbay fue atacado el 7 de junio en Bogotá por un menor que le disparó en la cabeza. Tras más de un mes de lucha, falleció el 11 de agosto en la Fundación Santa Fe. Su muerte ha evocado recuerdos de magnicidios ocurridos entre 1989 y 1990, cuando el narcotráfico y los paramilitares asesinaron a varios candidatos presidenciales.
La Fiscalía sostiene que el crimen tenía como objetivo enviar un mensaje de poder criminal, dado que Uribe era un político relevante en medio de una campaña interna en el Centro Democrático. Hasta la fecha, seis personas han sido judicializadas por su presunta participación en el atentado, incluyendo a Élder José Arteaga, alias el Costeño, quien habría coordinado el plan criminal.
Las investigaciones revelan que Arteaga tiene antecedentes en microtráfico y sicariato, y que podría haber estado vinculado a la seguridad de Iván Mordisco en Caquetá. La Fiscalía y la Policía, con un equipo de más de 200 expertos, están rastreando posibles intermediarios que habrían facilitado la operación.
El presidente Gustavo Petro ha señalado al ELN como posible responsable, pero la Fiscalía no ha encontrado pruebas que respalden esta afirmación. Igualmente, se han descartado otras teorías, como la implicación de la Segunda Marquetalia o una supuesta junta del narcotráfico con sede en Dubái.
El caso ha suscitado debates sobre la eficacia de los esquemas de seguridad. Mientras el presidente Petro defiende que no hubo fallas estructurales, los investigadores indican que el sicario aprovechó vacíos en la protección oficial. Además, se discute la relación del crimen con los procesos de "paz total", sugiriendo que el fortalecimiento de las disidencias podría haber facilitado el atentado.
Las pesquisas se centran ahora en rastrear la financiación del ataque, investigando si los recursos provinieron de redes criminales asociadas al Costeño. También se examina el papel de Carlos Eduardo Mora, conocido como "el Veneco", quien condujo el vehículo utilizado en el atentado.
La familia de Uribe ha solicitado apoyo internacional para la investigación, y el gobierno estadounidense ha mostrado disposición para colaborar. La Procuraduría ha enfatizado la necesidad de que las investigaciones se realicen sin filtraciones que puedan entorpecer el proceso judicial.
A pesar de que algunos de los capturados han cambiado su disposición a colaborar, la Fiscalía asegura contar con pruebas suficientes, incluyendo miles de horas de video y llamadas intervenidas, para continuar desentrañando la cadena de responsabilidades. El país espera una conclusión que aclare si el crimen fue orquestado por la estructura de Iván Mordisco o si otros actores armados tuvieron un papel significativo.