La idea del camino de baldosas amarillas nació con la novela The Wonderful Wizard of Oz de L. Frank Baum (1900), donde se describe una senda dorada que conduce a la Ciudad Esmeralda y simboliza el viaje hacia la realización personal y el descubrimiento. En la célebre adaptación al cine de 1939, ese sendero se convirtió en un icono visual gracias al uso pionero del Technicolor: el amarillo brillante contrastaba con el verde intenso de la ciudad y el cielo azul, marcando el paso de Dorothy desde la rutina gris de Kansas a un mundo de fantasía.
Resulta que en las profundidades marinas teníamos otro camino de baldosas.
Un hallazgo geológico. La historia se remonta a 2022. Durante la expedición Luʻuaeaahikiikekumu , un equipo científico a bordo del buque E/V Nautilus , mientras explo