Las elecciones presidenciales en Bolivia del 17 de agosto no solo marcaron el colapso de una estructura partidaria, sino que revelaron el agotamiento de una narrativa que durante más de dos décadas dominó el imaginario político latinoamericano. El Movimiento al Socialismo ( MAS ), fundado por Evo Morales , quedó fuera de la segunda vuelta presidencial, y con ello se cerró un ciclo que parecía inquebrantable.
Rodrigo Paz , del Partido Demócrata Cristiano, lideró la jornada con el 32,8% de los votos, seguido por Jorge “Tuto” Quiroga , de Alianza Libre, con 26,4%. Ambos representan visiones alejadas del populismo tradicional y del modelo estatista que caracterizó a la izquierda boliviana. Los candidatos oficialistas, Eduardo del Castillo y Andrónico Rodríguez , apenas alcanzaron