
CIUDAD DE GUATEMALA (AP) — El proyecto que suscribieron Guatemala, México y Belice sobre el Corredor biocultural de la Gran Selva Maya va a beneficiar a unos dos millones de habitantes que podrán gozar de un vasto sistema de agua dulce en la segunda mayor área de bosque tropical del continente, indicaron el lunes las autoridades guatemaltecas.
La ministra de ambiente de Guatemala, Patricia Orantes, explicó en conferencia de prensa los alcances de la declaración firmada el viernes por los presidentes de México, Claudia Sheinbaum, y Guatemala, Bernardo Arévalo, junto al primer ministro de Belice, Johnny Briceño, que, según acotó, reconoce “el inconmensurable valor de la selva maya”.
El corredor abarcaría la zona de Petén, en Guatemala, al menos cinco estados del sur de México y una zona extensa de Belice; son unos 5,6 millones de hectáreas que conforman la selva maya y que constituyen “el segundo macizo de bosque tropical más grande en nuestro continente después de la Amazonia”, dijo Orantes.
“La selva contiene el sistema de agua dulce más grande de Mesoamérica y una red de cavernas y conductos de agua subterránea que va a drenar hasta el arrecife mesoamericano, que es la segunda barrera de arrecife más grande del mundo luego de la de Australia”, dijo Orantes.
Entre los compromisos asumidos por cada Estado está redoblar esfuerzos a favor de áreas protegidas; fomentar el ecoturismo sostenible; regular y gestionar el desarrollo de infraestructura consecuente con los objetivos de la conservación de manera inclusiva y sostenible; la adopción de prácticas de recuperación del bosque en el paisaje agrícola y en el paisaje ganadero, y el fortalecimiento del financiamiento nacional e internacional.
La ministra explicó que 2,3 millones de hectáreas de bosque tropical que se buscan proteger están en suelo guatemalteco en el que habitan 7.000 especies como los jaguares y las guacamayas; 250 son endémicas y 200 están en peligro de extinción.
Para Rafael Maldonado, abogado especialista en temas ambientales, la declaración de los presidentes es un hito histórico para la preservación de la selva maya.
“Representa un avance histórico y un reto que, de funcionar, va a ser un área de conservación de miles de especies de flora y fauna y se convierte en el segundo pulmón en el mundo después de la Amazonia", dijo Maldonado.
El abogado indicó que es importante la voluntad política. Recordó que la semana pasada venció un contrato de una empresa petrolera que por 40 años funcionó en la biosfera maya guatemalteca, un área protegida por ley, que podía haber sido renovado, aunque el presidente Arévalo no lo hizo. “Eso demuestra su compromiso con el tema ambiental”, dijo el abogado.
Maldonado acotó que igualmente se requiere mayor compromiso del gobierno guatemalteco el área del Parque Nacional Laguna del Tigre, la zona núcleo de la reserva de la Biosfera maya con una extensión de más de 337.000 hectáreas.
Esa área en el norte del país ha sido durante años lugar de aterrizaje de avionetas con drogas y ha sufrido invasiones agrícolas y ganaderas ilegales. “Debe retomarse la gobernabilidad, convertir a las comunidades señaladas de participar en narcotráfico en aliadas del parque”, dijo Maldonado.
El abogado recordó que con las políticas de recortes de gastos del presidente estadounidense Donald Trump, las organizaciones ambientalistas que eran financiadas por Estados Unido se vieron mermadas y Guatemala debería buscar nuevas fuentes de financiamiento.