El marimo , conocido popularmente como musgo japonés, se ha convertido en una de las plantas decorativas más deseadas del momento. Su apariencia esférica, su textura esponjosa y su tono verde intenso lo transforman en un elemento llamativo que aporta frescura y un toque minimalista a cualquier ambiente.
Aunque muchos lo llaman “planta”, en realidad se trata de una formación natural de algas Cladophora aegagropila que, al compactarse, adopta la característica forma de bola. Originario de lagos fríos en Japón, Islandia y Europa del Este, este curioso organismo combina misticismo, belleza y sencillez de cuidados.
Más allá de su valor estético, el marimo tiene un fuerte peso cultural en Japón, donde incluso está protegido como especie. Según la tradición, simboliza el amor eterno, la b