Ismael "El Mayo" Zambada, cofundador del Cártel de Sinaloa, fue detenido en Texas junto a Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín "El Chapo" Guzmán. Ambos están bajo custodia tras su arresto reciente. Zambada se declaró culpable de narcotráfico en una audiencia en la corte del Distrito Este de Brooklyn, Nueva York. Este cambio de declaración sugiere que ha llegado a un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos. Su abogado, Frank Pérez, había indicado que Zambada estaba dispuesto a declararse culpable, siempre que se le evitara la pena de muerte.
Desde el 27 de febrero, al menos 29 capos de la droga han sido trasladados a Estados Unidos, incluyendo a figuras notorias como Rafael Caro Quintero, Miguel Ángel Treviño y Vicente Carrillo Fuentes. En los últimos meses, se ha llevado a cabo una segunda ronda de extradiciones, donde 26 personas fueron requeridas por sus vínculos con organizaciones criminales y por representar un riesgo para la seguridad pública.
Durante el proceso legal en Estados Unidos, algunos líderes del narcotráfico se han declarado "no culpables", mientras que otros han optado por acuerdos de culpabilidad para evitar la pena de muerte. Vicente Carrillo Fuentes, conocido como "el Viceroy", fue acusado de narcotráfico y negoció un acuerdo de culpabilidad con la Fiscalía. Aunque se declaró no culpable en su primera audiencia, se le otorgó un plazo de tres meses para continuar negociando un acuerdo que podría evitarle la cadena perpetua.
Dámaso López Serrano, apodado "el Mini Lic", se declaró culpable en mayo de haber importado miles de kilos de drogas a Estados Unidos. Su declaración indica que alcanzó un acuerdo con el gobierno estadounidense y se convirtió en testigo colaborador. López Serrano se entregó a las autoridades en 2017, tras la detención de su padre, "El Licenciado".
Ovidio Guzmán López, conocido como "El Ratón", también se declaró culpable de varios cargos de narcotráfico. Aceptó un acuerdo que incluye el pago de 80 millones de dólares y la renuncia a apelar. Además, se comprometió a proporcionar información veraz en investigaciones y a testificar en procedimientos legales.
Iván Reyes Arzate, exoficial de la Policía Federal Mexicana, se declaró culpable en 2021 por su participación en una conspiración de narcotráfico. Fue sentenciado a 10 años de prisión por aceptar sobornos a cambio de colaborar con un cártel en el envío de cocaína a Estados Unidos. Su acuerdo de culpabilidad lo responsabiliza de la importación de 450 kilos de cocaína.