Por: Carlos Eduardo Lagos

En el gobierno de Gustavo Petro, el cambio parece ser la única constante. Sin embargo, este cambio no se refleja en la prometida transformación del país, sino en la vertiginosa rotación de ministros y altos cargos. En menos de tres años, 54 ministros han pasado por el escenario político, dejando tras de sí un rastro de desencanto y críticas.

La reciente renuncia de Laura Sarabia como canciller es solo un episodio más en este «baile de los que sobran». Su carta de renuncia destila desencanto y señala un rumbo errático en el proyecto político de Petro. Sarabia se suma a la lista de quienes, al salir, critican la falta de coherencia y la marginación de las mujeres líderes que lo llevaron al poder.

La vicepresidenta Francia Márquez es un ejemplo doloroso de esta di

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