Bernardo José de Monteagudo, un destacado abogado, político, militar y periodista afroargentino, nació en Tucumán el 20 de agosto de 1789. Este año se conmemoran 236 años de su nacimiento. Monteagudo es recordado por su papel crucial en la lucha por la libertad en América Latina, aunque su figura ha sido históricamente invisibilizada.
A lo largo de su vida, Monteagudo se destacó como un intelectual y un hombre de acción. Fue director de la "Gaceta de Buenos Aires" y fundó el periódico "Mártir o Libre" tras diferencias con el Primer Triunvirato. También cofundó la Sociedad Patriótica y dirigió "El Grito del Sud". En la Asamblea Constituyente de 1813, impulsó leyes fundamentales como la de la Libertad de Vientres y la derogación de la servidumbre indígena.
Su activismo le generó numerosos enemigos, lo que lo llevó al exilio en Europa entre 1815 y 1817. Al regresar, se unió al proyecto libertador del General José de San Martín y se convirtió en Auditor del Ejército de los Andes. Participó en los procesos revolucionarios de Chile y Perú, y fue parte del debate político en Buenos Aires junto a figuras como Manuel Belgrano y Simón Bolívar.
Monteagudo fue asesinado el 28 de enero de 1825 en Perú. Aunque se capturaron a los autores materiales, nunca se identificó a los instigadores del crimen. Su legado fue objeto de un intento de ocultamiento por parte de la élite gobernante argentina a finales del siglo XIX, que buscó construir un relato histórico que excluyera a figuras como él.
Se encargó un retrato de Monteagudo que en realidad representaba a Bernardo Vera y Pintado, un político chileno. A pesar de que historiadores como Gabriel René Moreno denunciaron esta falsedad, la imagen sigue siendo utilizada en manuales escolares y monumentos.
En contraste, en 2019 se inauguró una escultura en su honor en Lomas de Tafí, Tucumán, que refleja su ascendencia africana. Esta obra no solo rinde homenaje a su memoria, sino que también simboliza la lucha por el reconocimiento del papel de la comunidad afroargentina en la historia nacional.
La historia de Monteagudo es un recordatorio de la importancia de la representación y el reconocimiento de todos los actores en la construcción de la identidad nacional.