Pocos momentos tan gráficos y elocuentes como el de la primera ministra italiana Meloni al término de la pasada cumbre de la OTAN en la Haya -ya saben la que situó a nuestro presidente como señalado con una equis roja entre los socios occidentales- cuando recordó a los periodistas, esbozando una amplia e irónica sonrisa, que en esa cumbre todos los participantes habían firmado el mismo documento que no es otro que la aceptación de tender al horizonte del 5 % del Producto Interior Bruto destinado a gasto en defensa y eso incluía, se pusiera como se pusiera al jefe del Gobierno español Pedro Sánchez, muy digno ante la prensa nacional a la hora de plantarse como paladín anti Donald Trump y férreo defensor de los derechos sociales frente a la inversión en lo militar. Pero movimientos tácticos
OTAN, con todas las consecuencias

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