El presidente Gustavo Petro ha presentado una nueva hipótesis sobre el asesinato del exsenador Miguel Uribe Turbay. En sus declaraciones, Petro mencionó que el crimen podría estar relacionado con el negocio de las esmeraldas. Afirmó que en este sector han ocurrido varios asesinatos, incluyendo el de tres esmeralderos en Bogotá, quienes fueron asesinados por francotiradores.
Petro citó el nombre de Julio Lozano, un narcotraficante que fue capturado en Estados Unidos y que, tras su regreso, intentó recuperar su mina de esmeraldas en Coscuez. Esta mina, según el presidente, fue vendida por su testaferro, conocido como Sánchez. Sin embargo, el mandatario reconoció que estas afirmaciones se basan en hipótesis y no en pruebas concretas.
Las declaraciones de Petro han suscitado críticas, ya que algunos consideran que carecen de fundamento y que son un irrespeto a la memoria de Uribe Turbay. Anteriormente, el presidente había sugerido que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) podría estar detrás del atentado, pero ahora presenta una teoría diferente.
Además, Petro ha cuestionado a la Fiscalía, dirigida por Francisco Barbosa, por no investigar adecuadamente a Lozano y a Sebastián Marset, un narcotraficante uruguayo. El presidente también ha insinuado que Marset podría estar vinculado a la Junta del Narcotráfico y que sería responsable del asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, ocurrido en Cartagena.
Petro ha expresado que los "narcofiscales" han utilizado el caso de su hijo para presionarlo en relación con la terna que debía presentar para la nueva Fiscalía. La situación sigue en desarrollo, y las autoridades continúan investigando el caso.