DAKAR, Senegal (AP) — El grupo rebelde M23, respaldado por Ruanda, negó su participación en una serie de masacres en el este de República Democrática de Congo que fueron detalladas en un reporte de un grupo de derechos humanos el miércoles.

Lawrence Kanyuka, portavoz del ejército del M23, calificó el informe de Human Rights Watch de "falso y una falsificación de la realidad" y acusó al grupo de difundir "propaganda extremista" en un comunicado emitido el miércoles por la noche.

M23 es el más destacado de los más de 100 grupos armados que luchan por el control en el este del país, rico en minerales.

Tanto el M23 como el ejército congoleño habían sido acusados antes de violencia contra la población civil. A principios de año, las autoridades congoleñas acusaron al M23 de ejecuciones extrajudiciales durante la toma de ciudades importantes.

En el reporte, Human Rights Watch acusó al M23 de matar a más de 140 civiles como parte de una campaña militar contra las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), un grupo armado compuesto principalmente por combatientes de etnia hutu.

Casi dos millones de hutus de Ruanda huyeron a República Democrática de Congo después del genocidio ruandés de 1994 que mató a 800.000 tutsis, hutus moderados y otros. Las autoridades ruandesas han acusado a los hutus que huyeron de participar en el genocidio, alegando que el ejército congoleño los protegió.

Bertrand Bisimwa, un líder del M23, dijo en la red social X que el reporte de HRW buscaba influir en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y no se basaba en pruebas.

Un informe separado de otro grupo de derechos, Amnistía Internacional, también publicado el miércoles, concluyó que tanto el M23 como las milicias patrocinadas por el gobierno congoleño cometieron de forma regular atrocidades masivas y actos de violencia sexual contra la población civil.

Con siete millones de desplazados en Congo, la ONU calificó el conflicto en el este del país como “una de las crisis humanitarias más prolongadas, complejas y graves del mundo”.

Estados Unidos y otros han estado tratando de lograr un alto el fuego permanente desde que en enero se intensificaron los combates entre el M23 y las fuerzas congoleñas.

Los ministros de Exteriores de Congo y Ruanda firmaron un acuerdo de paz en la Casa Blanca en julio. Pero el M23 no participó directamente en las negociaciones y dijo que no podía cumplir con los términos pactados.

El paso final debía ser un acuerdo separado entre Congo y el M23, mediado por Qatar, que supondría un alto el fuego permanente. Sin embargo, el plazo para el acuerdo pasó y no ha habido señales públicas de conversaciones importantes entre las dos partes acerca de los términos finales.

La Oficina de Asuntos Africanos de Estados Unidos, en un comunicado publicado el miércoles por la noche en X, pidió una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU para discutir los "horribles abusos perpetrados contra civiles, incluidos los cometidos por el M23".

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.