Israel ha iniciado una ofensiva militar en la Ciudad de Gaza, convocando a decenas de miles de reservistas para participar en esta operación. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha declarado que la ocupación de esta ciudad, considerada uno de los últimos bastiones de Hamas, requerirá la incorporación de 60.000 reservistas y la extensión del servicio de otros 20.000. Esta decisión ha generado condenas tanto a nivel nacional como internacional, debido a la creciente crisis humanitaria en Gaza y el riesgo para los rehenes aún en manos de Hamas.

El portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el general de brigada Effie Defrin, confirmó que las fuerzas israelíes ya están en las afueras de la Ciudad de Gaza, describiendo esto como los primeros pasos de una operación más amplia. Inicialmente, se estimó que la toma de control podría tardar cinco meses o más, pero Netanyahu ha ordenado acortar este plazo.

El Teniente General Eyal Zamir, jefe del Estado Mayor de las FDI, advirtió sobre el desgaste y agotamiento de las tropas, muchas de las cuales han sido convocadas en múltiples ocasiones. Una encuesta reciente de la Universidad Hebrea de Jerusalén reveló que aproximadamente el 40% de los soldados se sienten menos motivados para servir, lo que plantea preocupaciones sobre la capacidad de las FDI para mantener su número de efectivos.

Además, se ha solicitado al Gobierno que reclute a hombres ultraortodoxos para complementar las tropas, pero la mayoría de esta comunidad se ha negado a servir. Esto ha llevado a un debate político en medio de la guerra, lo que ha generado frustración entre los soldados.

Una organización de reservistas, Soldiers for Hostages, ha instado a los soldados a declinar las órdenes de servicio, argumentando que es difícil para ellos negarse. Avshalom Zohar Sal, un reservista que ha servido más de 300 días en Gaza, expresó su preocupación, afirmando que la nueva operación podría ser "una sentencia de muerte para los rehenes".

Las FDI han logrado controlar más del 75% de Gaza desde el reinicio de las operaciones terrestres, eliminando a aproximadamente 2.000 terroristas y atacando cerca de 10.000 objetivos terroristas. Sin embargo, la situación humanitaria en Gaza es crítica, con más de 2 millones de personas enfrentando hambre severa y enfermedades. La ONU ha advertido que la desnutrición infantil se ha triplicado en menos de seis meses, mientras que el Gobierno israelí ha negado la existencia de una hambruna extendida en la región.