El Programa Mundial de Alimentos (WFP) ha anunciado una drástica reducción de su asistencia alimentaria en Venezuela, recortando a la mitad su alcance debido a la falta de financiamiento. Esta decisión afectará a 400.000 personas que reciben apoyo en zonas vulnerables del país. Lucía Ruz, asociada del programa de la ONU, expresó en un video que fue una "decisión muy difícil".
La oficial de Comunicación y Alianzas del WFP en Venezuela, Marianela González, destacó que los "desafíos globales de financiamiento" están impactando programas humanitarios en todo el mundo, y Venezuela no es la excepción. Durante tres años, el programa incentivó la asistencia escolar, pero ahora se retira de varios estados, incluyendo Trujillo, Yaracuy, Barinas, Anzoátegui y Monagas.
El WFP llegó a Venezuela en 2022 con el objetivo de apoyar a más de un millón de personas para finales de 2025, según su Plan Estratégico 2023-2025, que requería 573 millones de dólares. Sin embargo, la falta de recursos ha llevado a la reducción de su cobertura.
El recorte se produce en un contexto de retirada de fondos de Estados Unidos, que en enero congeló su ayuda exterior y desmanteló la agencia Usaid, acusada de corrupción sin pruebas. Aunque se había prometido que la ayuda alimentaria de emergencia se mantendría, la reducción de fondos ha dejado al programa sin recursos suficientes.
Además, otros programas de la ONU en Venezuela, como los de salud reproductiva y nutrición, también se han visto afectados. Se estima que al menos 4 millones de venezolanos requieren ayuda humanitaria, pero los recursos disponibles solo permiten atender a 400.000 personas con un presupuesto de 40,3 millones de euros. La situación alimentaria en el país sigue siendo crítica, con un 80% de la población dependiendo de la tierra para subsistir.