Carlos “Cerdo” Molina, una figura emblemática de la televisión colombiana, falleció el jueves 21 de agosto a causa de complicaciones cardíacas y renales. La noticia fue confirmada a través de la cuenta oficial de La Tele Letal en la red social X, donde se despidió a Molina con un emotivo mensaje: “Carlos no ha muerto, ahora es ilimitado”. Su legado perdurará en la memoria de quienes lo admiraron.

Molina se destacó en programas como 'La Tele' y 'El Siguiente Programa', donde su humor ácido y directo resonó con el público. Su personaje, ‘Cerdo’, se convirtió en un símbolo de la sátira colombiana, ofreciendo una crítica mordaz de la realidad nacional. Desde segmentos como “Pig Data” hasta su rol de “el profesor”, su estilo único lo hizo querido por muchos.

Antes de su carrera en televisión, Molina trabajó como electricista y ayudante de construcción. Un accidente a los 15 años, al caer desde un quinto piso, cambió su vida. “Desde el día del accidente volví a nacer”, solía decir. Este evento lo llevó a la televisión, donde fue descubierto por Carlos Vives, quien lo recomendó a Martín de Francisco y Santiago Moure.

Molina, originario de Bosa, al sur de Bogotá, mantuvo un fuerte vínculo con su comunidad a lo largo de su vida. A pesar de su fama, nunca se alejó de su familia y su barrio. Su personaje no solo representaba a la clase popular, sino que también abordaba sus contradicciones con ironía. Además de su carrera en televisión, también fue representante artístico y ofreció charlas motivacionales.

En 2022, Molina se sometió a una cirugía de corazón, un proceso que compartió con sus seguidores y que generó una ola de apoyo. A pesar de sus problemas de salud, continuó participando activamente en 'La Tele Letal', manteniendo su estilo crítico e irreverente hasta sus últimos días.

La muerte de Carlos Molina ha generado una profunda tristeza entre sus colegas y seguidores, quienes lo recordarán como una voz única en el entretenimiento colombiano. Su legado perdurará en la historia de la televisión, donde su humor y autenticidad dejaron una huella imborrable.