La noche del 20 de agosto de 2025, el tradicional estadio El Campín vivió uno de los episodios más singulares y mediáticos del fútbol colombiano reciente.

Ante una nueva derrota de Millonarios —esta vez contra Unión Magdalena por 2-1—, surgió una manifestación que superó los límites de la protesta convencional para convertirse en un gesto simbólico que rápidamente trascendió fronteras.

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Durante el desarrollo del encuentro, que era postergado de la primera fecha del torneo, integrantes de la barra Comandos Azules protagonizó una escena inusual y cargada de mensaje: cientos de hinchas decidieron quitarse los zapatos y arrojarlos hacia la parte norte del estadio, lo que generó un impacto visual y emocional en el

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