España enfrenta una grave crisis de incendios forestales, con más de 400.000 hectáreas devastadas en lo que va del año. Las comunidades más afectadas incluyen Galicia, Castilla y León, Andalucía y Extremadura, muchas de ellas gobernadas por el Partido Popular (PP). A pesar de la magnitud de la tragedia, el PP ha mantenido su crítica hacia el Gobierno central, acusándolo de "llegar tarde" en la gestión de la crisis, similar a lo que ocurrió con la DANA en la Comunidad Valenciana el año pasado.

Los residentes de las áreas afectadas expresan su desesperación. Jessica, una vecina de Pena Trevinca, describe la situación como "desoladora" y señala que son los voluntarios locales quienes están luchando contra el fuego. "Es una zona de muy difícil acceso. Está llegando a la ciudad de la Selva, y eventualmente a las casas. No tienen medios aéreos", explica. A pesar de la intervención de brigadas, la falta de recursos es evidente.

El 19 de septiembre, la Xunta de Galicia tomó la controvertida decisión de retirar a varios bomberos que se dirigían a zonas en llamas en Ourense, donde ya se habían quemado 88.000 hectáreas. Aunque la Xunta justificó la retirada al señalar que eran bomberos urbanos y no forestales, posteriormente rectificó y los volvió a movilizar para tareas de saneamiento.

La tensión política ha aumentado, con Elías Bendodo, vicesecretario del PP, atacando a la directora general de Protección Civil, Virginia Barcones, a quien calificó de "pirómana". Bendodo criticó su profesionalismo y acusó al Gobierno de "deslealtad" y de aprovechar la crisis para perjudicar al PP. En respuesta, Barcones defendió su trabajo y la necesidad de colaboración, afirmando que "miles de personas han visto cómo el fuego se llevaba sus casas" y que seguirán trabajando hasta que se apague el último incendio.

Ministros del Gobierno han salido en defensa de Barcones. Patxi López, portavoz del PSOE en el Congreso, calificó las declaraciones de Bendodo de "ruin, indecente y vergonzoso", exigiendo una rectificación inmediata. La situación sigue siendo crítica, con la comunidad y los políticos en un intenso debate sobre la gestión de los incendios.