La Universidad de Chile ha solicitado formalmente la reprogramación de su partido contra Everton, programado para este domingo 24 de agosto a las 15:00 horas en el Estadio Nacional. Esta decisión surge tras los graves incidentes de violencia ocurridos en el partido de Copa Sudamericana contra Independiente en Buenos Aires, donde 19 hinchas chilenos resultaron heridos y varios fueron detenidos.
El presidente del club, Michael Clark, expresó que la principal preocupación de la institución es "la vida, seguridad física y la integridad de toda nuestra gente", incluyendo a los hinchas que viajaron a Argentina. Clark destacó que estos aficionados sufrieron agresiones debido a "una mala organización y ejecución de los planes del partido, así como una ausencia de guardias y policías".
Además, el directivo mencionó que jugadores y colaboradores también estuvieron en riesgo, ya que "se destruyó nuestro bus en zona de seguridad y exclusión cercano al camarín y se agredió a nuestro cuerpo técnico". Sin embargo, enfatizó que lo más alarmante ocurrió en las tribunas, donde muchos hinchas fueron víctimas de un "linchamiento permitido con pasividad por el club organizador y la policía".
La Universidad de Chile se siente "profundamente golpeada" por estos eventos y ha formalizado su petición de reprogramar el compromiso contra Everton. Clark agradeció el apoyo recibido por parte de Everton y la ANFP, así como de otros clubes del fútbol chileno y del mundo.
"Debemos reflexionar todos los chilenos y chilenas sobre la violencia, no podemos tolerarla de ninguna forma, ni siquiera verbal y mucho menos física", concluyó el presidente de la U. El partido sigue agendado para este domingo, pero la solicitud de reprogramación está en manos de las autoridades correspondientes.